Niños

Eramos tan chicos. Nos sentíamos grandes, pero eramos dos nenes, descubriendo un mundo de cosas nuevas. Esta cosa rara del amor que nos agarró de sorpresa y andando. Nos gustamos, tuvimos ganas y nos mandamos como a un tobogán gigante.
Esa inocencia incríble de la primera vez, esas sonrisas que no nos podíamos sacar de la cara, esos besos eternos o esas eternas ganas de besarnos. Fuimos nuestra primera vez. Fue hermoso descubrir el amor con vos, tenerte al lado, compartir las ganas de ser felices y de llorar. Todo este tiempo aprendí a andar de a dos y dejé que me sostengas e intenté (vos dirás si con exito o no) sostenerte a vos. Cuando las cosas eran una mierda sabía que ahí estabas y descansaba mi alma en vos, sabiendo que me ibas a reponer. Los besos y tu sonrisa hacían todo lo demás mucho menos importante.
Gracias por todo este tiempo, crecí un montón al lado tuyo y fue la época más linda que viví. Fui muy feliz al lado tuyo, es imposible olvidarme de vos.
Esto no es una despedida, es un agradecimiento y contiene la esperanza de que habiendo crecido por nuestra cuenta y siendo otros, pero nosotros a la vez, nos volvamos a encontrar y podamos compartir cosas nuevas.